
El despliegue de Open Gateway, la iniciativa global impulsada por GSMA para estandarizar APIs en telecomunicaciones, avanza a gran velocidad. Con más del 80% de las conexiones mundiales ya cubiertas y un fuerte liderazgo en Latinoamérica, esta propuesta promete transformar sectores como la banca, la salud y el transporte, ofreciendo capas de seguridad invisibles para el usuario, pero de alto impacto para las empresas.
Conversamos con Alejandro Adamowicz, ICT international executive Latin America en GSMA, acerca de los avances, desafíos y oportunidades que se abren en la región.
— ¿Cómo viene avanzando el Open Gateway a nivel global y regional?
Más que avanzando, te diría que estamos superando nuestras expectativas iniciales. Hoy hay 56 grupos de operadores y unos 50 channel partners a nivel global. Esto cubre cerca del 80% de las conexiones mundiales. Y en Latinoamérica estamos más adelantados: arriba del 90%, casi llegando al 95% de conexiones cubiertas con al menos un operador que lanzó alguna API.
— ¿Por qué Latinoamérica está más avanzada que otras regiones?
Son varios factores. La región está más concentrada en pocos grupos de operadores, con una penetración muy fuerte: tres grandes concentran cerca del 75%. Además, de los 20 mercados donde ya se lanzó Open Gateway, seis son de LATAM. Eso eleva el promedio. También depende de los intereses de cada mercado: recordemos que es una iniciativa voluntaria, cada operador decide cuándo subirse.
— ¿Hay interés real de las empresas por aprovechar APIs de verificación de identidad o Mobile Identity?
Sí, aunque el gran desafío es explicarlo y bajarlo a tierra. Cuando te sentás con un banco o una firma de transporte, muchas veces ni saben que esto existe. Ahí es clave el rol de integradores como Plusmo, que entienden la necesidad del cliente. Hoy ya hay 62 APIs disponibles, suficientes para empezar a hacer negocio, pero hace falta conectarlas con la demanda.
— ¿En qué sectores ven mayor potencial de adopción de estas soluciones de Mobile Identity, que son herramientas digitales que validan que un número de teléfono esté activo, que no haya sido recientemente clonado, transferido o manipulado, y que el dispositivo desde donde se accede sea legítimo?
Las verticales principales son: banca y finanzas, salud, e-commerce y transporte. También empieza a verse en industrias vinculadas al 5G, con IoT Industrial, donde las APIs son fundamentales para acceder a nuevas funcionalidades de red.
— ¿Las empresas deben tener un tamaño mínimo para implementarla estas APIs?
No necesariamente. Más que el tamaño, importa la experiencia de usuario que se quiera brindar. Una fintech emergente puede usar estas APIs para diferenciarse tanto como un banco tradicional con millones de clientes. La solución es invisible o silenciosa para el usuario, y les permite a las empresas sumar una capa más de seguridad, en un contexto en el que el fraude está creciendo.
— ¿Podrían estas soluciones de identidad móvil “invisibles” convertirse en un “must” en banca, transporte o salud?
Deberían. Con la cantidad de fraudes que crece cada año, estas capas invisibles de seguridad se vuelven críticas. El problema es que la industria aún se mueve más lento de lo deseado. Se necesitan sponsors dentro de las compañías que empujen estas iniciativas más allá del profit inmediato.
— ¿El hecho de que sea tan “invisible” no juega en contra?
Puede ocurrir. El usuario podría sentir que no hay validación. Por eso es clave acompañar con comunicación. El banco, por ejemplo, debería explicar: “Te simplificamos la experiencia, pero estás protegido”. Hay que educar al cliente.
— ¿Cuál es el rol de empresas integradoras como Plusmo en este proceso?
Son actores fundamentales. Conocen cómo funciona la “cocina” de los operadores, tienen vínculo directo con la demanda y, sobre todo, hambre de negocio. Además, cuentan con la confianza de los operadores, algo que no siempre tienen startups más nuevas. Eso les da un diferencial enorme.
— ¿Cuánto tiempo lleva integrar una API en un caso real?
Muy poco. Todo el ciclo puede llevar unos tres o cuatro meses, siempre y cuando haya foco. Lo técnico es rápido; lo que puede frenar es la parte comercial o comunicacional.
— ¿Y qué hay de los costos?
Depende de cómo lo mires. Muchas veces el valor no está en generar nuevos ingresos, sino en reducir costos de fraude o de procesos. El error es medirlo solo por el profit inmediato. Hay que verlo como una inversión estratégica.
— En conclusión, ¿qué falta para que Open Gateway despegue definitivamente?
Falta educación y comunicación, tanto a los usuarios como a las empresas. Desde la GSMA estamos trabajando en eso, y también los integradores tienen un rol clave. Open Gateway no es solo un desarrollo técnico es una oportunidad para mejorar la experiencia del cliente, abrir nuevos negocios y reposicionar a las telcos.